Noticias del Proyecto Cihuatán

 

Temporada 2011-2012

Las actividades de esta temporada incluyen:

- Documentación y conservación de la Estructura P-9, cuya excavación hace tres décadas no fue documentada.

- Análisis de materiales culturales.

- Investigaciones en el sector de la Acrópolis.

 

En esta temporada, inauguramos el uso de un nuevo sistema de nomenclatura para las estructuras arqueológicas de Cihuatán. Este sistema fue formulado para conservar las existentes designaciones "P" que han sido utilizadas en publicaciones desde 1973. El nuevo sistema impone una cuadrícula, con cuadros de 500 x 500 metros, nombrados alfabéticamente a partir de "A". Las estructuras en cada cuadro llevan su letra, seguida por un guión y un número consecutivo. La mayor parte de la zona monumental se encuentra en los cuadros "P", "Q" y "U".

Plano de la zona monumental de Cihuatán Pulse para ver el plano en mayor detalle.

 

La Estructura P-9

La Estructura P-9 está ubicada en la gran plaza de Cihuatán, dentro de su recinto amurallado.

Esta pequeña plataforma fue excavada por William Fowler entre 1978 y 1979. El ofrece el siguiente comentario sobre esta investigación en su tesis inédita (1981):

“We mapped and excavated Structures P-1 and P-2 and the Southeast Patio…. We cleared the exterior of the North Ballcourt and the surface of Structures P-9, P-17, P-19, and P-20….”

(“Mapeamos y excavamos las Estructuras P-1 y P-2 y el Patio Sureste…. Descombramos el exterior del Juego de Pelota Norte y la superficie de las Estructuras P-9, P-17, P-19, y P-20….” )

Esta breve mención es aparentemente la única información que existe sobre la excavación de la Estructura P-9. No tenemos conocimiento de un informe sobre esta excavación, y tampoco de las citadas excavaciones de las Estructuras P-17 y P-19. La excavación de P-20 afortunadamente fue descrita por otros investigadores (Hernández 1975 y Lubensky 2005; ambos informes disponibles en la sección de documentos). Solo se conocen de resúmenes muy escuetos (contenido en su tesis) para las importantes excavaciones realizadas por Fowler en el Juego de Pelota Norte y la pareja de templos designados como P-1 y P-2.

Con respecto a la Estructura P-9, se cuenta con un dibujo elaborado en 1979 por Manuel Méndez. Méndez fue un asistente del Departamento de Arqueología asignado para participar en las investigaciones de Fowler.

El plano de Mendez presenta una plataforma con cuatro escalinatas (con alfardas), bordeada por una estrecha "acera". La documentación actual difiere en algunos detalles, y resulta que la plataforma no está orientada a los puntos cardinales, sino de acuerdo a un acimút de aproximadamente 12º como muchos otros edificios en Cihuatán.

Esto es, entonces, la suma de la información reportada sobre la excavación de la Estructura P-9.

Entre los temas grabados en entrevistas con José Salguero (quien supervisó las excavaciones de Fowler), se incluyó su descripción de la investigación de P-9. Con la cautela que obliga el paso de tres décadas con respecto a la historia oral, Salguero mencionó que P-9 fue encontrada en un estado de conservación relativamente bueno, con revestimiento de bloques de talpuja hasta mediana altura en los lados y gradas. Talpuja es un material de construcción común en Cihuatán, utilizado para pisos y revestimientos, y consiste en bloques hechos en molde con tierra blanca, como ladrillos de adobe, pero mucho más frágiles debido al uso de tierra blanca. La talpuja se erosiona con extrema facilidad bajo la lluvia y la evidencia sugiere que siempre se cubría con una capa de mezcla de cal. De acuerdo a Salguero, la Estructura P-9, que fue dejada expuesta durante décadas, perdió la mayor parte de su revestimiento y también mucho de la piedra dura (andesita basáltica) que conformaba su núcleo, cuyo mortero de tierra se erosionó bajo las lluvias.

Salguero también contó que a mediados de los 1980, cuando Cihuatán se encontraba en medio de una zona muy conflictiva de la guerra civil salvadoreña, un grupo de soldados del ejército se establecieron durante varios días en medio de la zona monumental del sitio. Fue sobre la P-9 que instalaron una ametralladora de grueso calibre. La cima de la estructura conservaba un empedrado, y parte de ello fue arrancado para improvisar un murito defensivo alrededor de la cima.

En 2011, la estructura excavada, y luego erosionada e impactada por una guerra, se presentaba como un simple montículo.

En esta temporada del Proyecto Cihuatán, se está documentando la Estructura P-9 y determinando procedimientos apropiados para su conservación.

 

Estudiantes de la Universidad Tecnológica limpian y documentan la Estructura P-9

 

Trazando una cuadrícula.

 

Julián Tolentino y Nancy Trujillo operan la zaranda.

 

Leonardo Salazar y Edgar Cabrera limpian el pavimento de lava que rodea la plataforma.

 

Análisis de materiales

Se ha continuado con el análisis de los materiales culturales encontrados en las investigaciones de Cihuatán, que mayormente consisten en tiestos. Karen Bruhns trabajó en la clasificación de cerámica, y Marshall Becker contribuyó con la reconstrucción de varias almenas procedentes del palacio real. Marshall tiene un curriculum muy amplio en la arqueología mesoamericana, incluyendo investigaciones en Tikal y Copán.

Marshall Becker reconstruye una almena del palacio real de Cihuatán. Las almenas generalmente se encuentran quebrados en fragmentos esparcidos por dos o tres metros de área.

 

Marshall explica su trabajo durante una conferencia de prensa en Cihuatán.

 

Karen Bruhns y Marshall Becker

 

Investigaciones en el sector de la Acrópolis

En esta temporada, se ha determinado el límite este del palacio real, situado sobre el cuerpo principal de la Acrópolis.

Un hallazgo casual motivó la investigación de la Estructura Q-40, ubicada en el noroeste del sector de la Acrópolis.

Antes de su excavación, Q-40 se presentaba como una plataforma de contorno irregular. El vigilante Raúl Santos García observó un objeto inusual en la superficie de esta estructura: una distintiva efigie fitomorfa (representación de planta) elaborada en cerámica.

La Estructura Q-40 antes de la excavación (vista al norte).

 

Raúl Santos García descubrió la primera efigie fitomorfa en la superficie de Q-40.

 

La primera efigie tal como fue encontrada.

Se inició una excavación para documentar el contexto de este objeto, y con su ampliación ahora se ha registrado un total de 20 efigies (varias de ellas fragmentarias), además de fragmentos de incensarios asociados a lo que interpretamos como un templo con planta en forma de "T". Es posible que hayan sido fijados a las paredes del templo, como adornos arquitectónicos.

Todas las efigies son muy similares. Tienen un cuerpo hueco más o menos esférico, y un cuello divergente. El cuerpo tiene tres pares de costillas verticales, alternando con tres hileras de espigas curvas. La base, en todos los casos, está fracturada, y tiene dos hoyos grande en lados opuestos.

Se hizo un levantamiento topográfico detallado de la Estructura Q-40 y su entorno.

 

Se inició la excavación sobre el área de la efigie expuesta (arriba, señalada con una flecha azul). Una segunda efigie apareció en sus inmediaciones (también señalada con una flecha azul). Las dos efigies descansaban sobre una capa de escombros de bahareque quemado, con fragmentos de pared (debajo de la escala) y huellas de vara (arriba de la flecha roja).

 

La segunda efigie encontrada.

 

Una efigie fitomorfa en lo que creemos es su posición correcta, con sus espigas curvas hacia arriba.

Los restos del templo sobre la plataforma indican una estructura con paredes de ladrillos de adobe, y otras de bahareque, con un techo de paja. Fue incendiada, y asumimos que esto ocurrió en el conflicto que habría dado fin a la vida de Cihuatán. Tanto fue el calor de la quema del techado, que al desplomarse al pie de las paredes de bahareque, las cocinó como ladrillo. Esto dejó dramática evidencia arqueológica de destrucción: una capa de carbón del incendio, y luego abundantes fragmentos de bahareque quemado. Se mencionó una situación similar encontrada en la excavación de otro templo en forma de "T" (la Estructura P-2), pero lamentablemente no se cuentan con fotografías o un informe sobre aquella excavación.

El incendio del techo de paja quemó parte de las paredes de bahareque, dejando muchos fragmentos color ladrillo, que conservan superficies lisas (repelladas) e improntas de vara.

 

Los fragmentos de bahareque se depositaron sobre una capa de carbón que se halla directamente encima de un piso de pómez. Como en varias otras estructuras de Cihuatán, este piso fue construido con guijarros de pómez, con un lado cuidadosamente aplanado. También común es el uso de un piso preparatorio (subpiso), para nivelar y crear una base firme para luego colocar una capita de tierra compacta y finalmente el propio piso.

La escalinata del templo muestra dos etapas constructivas. La primera fue revestida de elementos tabulares de talpetate, y la segunda por el fragil material denominado como talpuja (adobes hechos de tierra blanca). La segunda etapa está pobremente conservada. Hubo una tercera etapa constructiva - aparentemente interrumpida por la destrucción de Cihuatán, en la cual se depositaba un relleno para integrar este templo con la vecina Estructura Q-41.

La escalinata de la Estructura Q-40 presenta dos etapas constructivas. La primera fue hecha de talpetate y está en relativamente buen estado de conservación, mientras que la segunda, hecha mayormente de talpuja, se encuentra casi destruída.

 

Vista general del extremo este de la Estructura Q-40, donde hay evidencia de una tercera etapa constructiva. Los lados de la plataforma están revestidas con bloques de talpuja. Las piedras visibles al pie de la foto representan una última actividad inconclusa que se realizaba cuando este templo fue destruido, en donde se colocaba piedras y tierra para unirlo con la vecina Estructura Q-41.

Había fragmentos pequeños de al menos dos incensarios espigados sobre la escalinata, y algunos fragmentos mayores a su pie. Son del tipo característico de Cihuatán y sitios afiliados, denominado como incensarios Las Lajas. Se han encontrado incensarios quebrados en las escalinatas de algunos otros templos excavados en Cihuatán.

Fragmentos de incensarios espigados al pie de la escalinata, en el lado poniente de la Estructura Q-40.

 

Este tipo de incensario alcanzaba hasta unos 1.5 metros de altura y tenía una silueta como reloj de arena. Contenía un disco interno, ubicado arriba de la "cintura", sobre el cual se depositaban brazas y luego el incienso. Este fragmento exhibe el orificio que servía para ayudar en levantar el disco (utilizando un palito), para poder limpiar las cenizas acumuladas.

 

Por el tamaño de estos incensarios, al quebrarse dejaban muchos fragmentos grandes. Encontramos varios fragmentos sobre el presunto nivel contemporáneo del suelo frente a la escalinata, pero algunos tiestos se iban depositándose considerablemente después, tal como evidencia el espesor de la tierra acumulada entre el fragmento grande en esta foto y el mediano, y luego entre ese último y un fragmento pequeño encima.

Parte del equipo de trabajo en el momento de retirar fragmentos de incensario. De pie: Miguel Angel Pineda y Antonio Castillo. En frente: Miguel Angel Pineda Pineda, Rutilio Castillo, Paul Amaroli y Pastor Gálvez.

 

El exterior (arriba) e interior (abajo) del mayor fragmento de incensario encontrado (el mismo sostenido en las manos en la fotografía anterior). Para elaborar estos enormes objetos cerámicos, primero se emparejaba la superficie con un elote (corazón de mazorca), dejando estrías paralelas visibles en el lado interior. Luego se alisaba con un trapo húmedo y los dedos, borrando gran parte de las estrías. Finalmente, en el exterior, se pegaban las gruesas pestañas y discos al borde, y las espigas del cuerpo.

 

El equipo de trabajo de esta temporada ha incluido a (de izquierda a derecha), Marshall Becker, Carlos Payés (Secretario, FUNDAR), Karen Bruhns, Edgar Cabrera (estudiante, Universidad Tecnológica) y Rodrigo Brito (Presidente, FUNDAR).

 

De izquierda a derecha, Marshall Becker, Paul Amaroli, Rodrigo Brito y Ramón Rivas (Director Nacional de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura hasta marzo, 2012).

 

En visita oficial, de derecha a izquierda, Gustavo Milán (Director Nacional de Patrimonio Cultural), Irma Flores (Asesora a la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural) y Pastor Gálvez (Encargado de Cihuatán).

 

La Estructura Q-40 y las enigmáticas efigies fitomorfas

Las efigies fitomorfas encontradas en la Estructura Q-40 son únicas a Cihuatán y por lo menos algunos sitios afiliados.

Fowler (en su tesis) menciona la presencia de fragmentos de objetos similares en Cihuatán y Santa María (un sitio ahora inundado en el embalse Cerrón Grande, el "lago Suchitlán"), pero sin citar su contexto o procedencia dentro de estos sitios. El ilustra un ejemplar más o menos completo que aparentemente no fue encontrado en sus excavaciones, pero tampoco cita su contexto o procedencia. La colección Hanaía (Sonsonate) tenía un ejemplar atribuido al sitio Tacuscalco (Nahulingo). Otro ejemplar (también una pieza húerfana, carente de datos) está en exhibición en el Museo de Antropología de la Universidad Tecnológica.

La excavación de la Estructura Q-40 ha resultado en una amplia colección de estas efigies, por primera vez con contexto arqueológico. Estaban asociado a un templo incendiado, en toda probabilidad, durante el evento bélico que destruyó Cihuatán. Que habría sido un templo importante es sugerido por su ubicación - prácticamente en la sombra del palacio real - y porque presenta tres etapas constructivas, un hecho hasta ahora singular en la arquitectura conocida de Cihuatán.

La información obtenida en esta investigación promete resultar en nuevas interpretaciones sobre estas efigies, que podría aportar un mejor conocimiento de la ideología y orígenes de los antiguos habitantes de Cihuatán.