El convenio firmado el 12 de julio, 2010, entre
la Secretaría de Cultura y FUNDAR es para que FUNDAR continúa
en la co-administración de Cihuatán, tal como hizo durante 10
años, partiendo de un lugar abandonado, y culminando con su inauguración
como parque arqueológico. El convenio es anual (renovable) y define
que FUNDAR será responsable por el mantenimiento de la infraestructura
del parque y por las mejoras que se acuerden con la Secretaría.
En un documento diferente, FUNDAR es autorizado a continuar las
investigaciones en Cihuatán, siempre cumpliendo con las normas
y regulaciones pertinentes.
En este evento, el Dr. Héctor Samour, Secretario
de Cultura, y el Dr. Ramón Rivas, Director Nacional de Patrimonio
Cultural, reconocieron la efectiva y positiva labor en el campo
de la arqueología y de la defensa del patrimonio arqueológico
que FUNDAR ha demostrado en su larga trayectoria.
Tal como ha hecho en oportunidades anteriores,
el Dr. Rodrigo Brito, Presidente de FUNDAR, nuevamente expresó
que desea alentar a otros especialistas que también participen
en la investigación de la inmensa ciudad prehispánica de Cihuatán,
en donde hay trabajo para muchas generaciones de arqueólogos.
Ahora FUNDAR podrá nuevamente monitorear Cihuatán
para detectar y denunciar daños, incluyendo el área del “proyecto
habitacional” que destruyó aproximadamente 5 manzanas del sitio
arqueológico ocurrido durante el lapso cuando FUNDAR no participaba
en la administración, entre diciembre, 2009 y principios de 2010.
Aplaudimos el hecho de que la Secretaría de Cultura
está abriendo espacios para incluir la sociedad civil en la salvaguarda
y manejo del patrimonio cultural.
Estando las puertas abiertas, esperamos que otras
personas o grupos que en el pasado reciente han expresado interés
en el manejo de los parques arqueológicos hagan patente su compromiso
con el patrimonio arqueológico, postulándose para co-administrar
Joya de Cerén, San Andrés, o para mayor desafío, Quelepa en donde
el Estado (desde hace muchos años) posee parte del sitio pero
hasta el momento está tal como estaba Cihuatán hace una década:
en abandono.
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